No existe nada que no seas,
Guap@, fe@, list@, alt@, baj@, …
Sólo es cuestión de cómo mires,
Sólo es cuestión de cómo te veas.
Sólo es cuestión de cómo, dónde, con quién, cuándo, … te estás valorando o comparando.
Vivimos en la duda,
La duda de creernos ser todo.
La duda de sentirnos ser todo.
Y sí, la duda también eres tú.
Vivimos en la negación,
Negamos todo lo que somos.
Tú eres todo, también aquello que no deseas,
También aquello que detestas,
Aquello que niegas,
Aquello de lo que huyes.
Y también aquello que sueñas,
Aquello que anhelas.
Eres polvo de estrella,
Y las estrellas brillan en la oscuridad,
Se hacen más visibles cuanto más oscura es la noche.
Eres uno con el resto,
La estrella se esparció y dio lugar a miles de trozos,
Trozos que percibimos separados,
Y gracias a eso aprendemos a vivir y experimentar la dualidad,
El sentirnos, el creernos y percibirnos como separados.
Y sólo cuando hemos experimentado esa dualidad,
La separación con el resto;
Sólo cuando nos hemos creído estar separados,
Podemos ver que nos falta algo,
Algo que creímos externo,
Pues olvidamos que somos todo.
Sólo cuando el olvido,
Que también lo somos,
Ha actuado,
Podemos experimentar la unicidad.
Sólo cuando recuerdo el camino, puedo volver.
Quizá es el momento de mirarte al espejo y recordarte que
Lo eres todo para mí.
Así, como eres,
Así, como estás,
Así, como sientes,
Así, como piensas,
Así, como actúas.
Así, como eres,
Lo eres todo.
Cecília Ruiz*
20/02/2018