Prestamos mucha atención y nos preguntamos mucho acerca de “La creatividad y los niños” (tema que me merece especial atención y dedicación y que me apetece tratarlo en otro post) y de ahí surgió la pregunta, ¿y qué pasa con los niños adultos?
Cuidamos a nuestros hijos, deseamos y buscamos lo mejor para ellos desde el amor más profundo, ¿quizá porque hemos descubierto algo?
Un niño sano se convierte en el adulto sano que sigue creciendo, maravillándose, se “autoaama” y se acepta.
Cuando en la infancia no quedan cubiertas las necesidades del niño, corremos el riesgo de convertirnos en adultos con un niño interior herido, en lugar de un “niño adulto”.
Cuando de adultos nos olvidamos de nuestro niño interior, nos sentimos perdidos, solos, con falta de energía, perdemos nuestra curiosidad, imaginación y espontaneidad.
Nuestros trastornos emocionales son el resultado del olvido de nuestro niño interior y de conflictos de la infancia que no han sido resueltos y llevamos cargando en nuestra mochila, por lo tanto aparecen de manera continuada a lo largo de la vida, sintiendo el dolor que producen debido al peso sostenido.
La esperanzadora noticia es que NUNCA ES DEMASIADO TARDE PARA TENER UNA INFANCIA FELIZ.
¿Recuerdas cuando eras capaz de imaginar y dar vida a historias? O quizá en tu caso, cuándo dibujando se te pasaban las horas, o cuando jugar a “tiendecitas” o a “fútbol” era tu plan feliz para el fin de semana. Eran esos momentos cuando podías sentir todo tu poder, sentir la libertad creando, sin límites, sin condiciones. Simplemente respetar tu deseo y vivirlo, disfrutar de aquel presente, sin pensar en obligaciones, sin limitarte con una mente que va y viene al pasado y futuro.
LOS SUEÑOS ESTÁN PARA CUMPLIRSE
El niño interior posee una gran sabiduría, disfruta de las experiencias del presente, sin juzgar. El niño interior tiene la capacidad de crear, de soñar e imaginar sin censuras, sin juicio, sin el temor de los complejos.
¿Te has preguntado cómo puede sentirse tu niñ@ después de todo este tiempo sin jugar con él/ella? ¿No sería maravilloso volver a encontraros y sanar las heridas que puedan existir?, ¿No sería maravilloso volverte a sentir a tu niñ@ en un abrazo y curaros mutuamente?
Cuando rescatamos a nuestro niño interior del olvido, somos capaces de vencer los juicios, los temores y creencias. Nos reencontramos con nuestra ilusión, vitalidad, motivación y ganas. Conectamos con nuestro auténtico potencial y nos convertimos en nuestros verdaderos mejores amigos.
¡Qué instante mágico es volver a conectar con tu niño interior y rescatarlo para volver a crear!
¡Feliz instante de (re)encuentro y abrazos!